Presentaré
testigo infiel el próximo 30 de marzo
a las 20h. , con el acompañamiento musical de Nasibe Ortega, en el café
literario La Bandada, conducido por las poetas Lily Chávez y Laura García del
Castaño, en la ciudad de Córdoba.
La
presentación en Buenos Aires la realizaré el 22 de abril a las 19 h. (puntual)
en el Museo del Libro y de la Lengua, Av. Las Heras 2555, acompañado por el poeta
Hugo Francisco Rivella.
Pude
concretar la edición de este libro gracias a la ayuda de mis amigos y de mis compañeros
del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, por lo que quiero agradecerles, al
igual que a Claudia Barrionuevo Balut, quien puso su sensibilidad y talento
para el diseño de tapa.
Algunos poemas del libro:
IV
abre tus ojos
ábrelos para que no
entre la ceguera
y que el verso sea
un miedo nuevo
como la mariposa
anfibia desvanecida
en la tersa lengua
de septiembre
y recuerda
las palabras que no
quiere el mar
porque pesan
cuídate de ellas
cuídalas.
....
las cartas están
echadas
he nacido alfredo
luna bajo el signo de los cataclismos
y de las altas
promesas del destino
cuando los astros
copulaban
en los potreros de
la Casa Tres
yo mancebo de la última luz
insolente hijo
pródigo de un río a expensas
de las mareas del deseo
voy errando
ilusionado en un corazón ajeno
y vuelvo con la
certeza de llegar a ninguno
yo que amé el deletreo perpetuo
de mi nombre que se
escribe con el tuyo
y con mis brazos de
mula sostuve
la fe hasta la
náusea
yo, no estoy
preparado para morir.
...
las manos de partir
lloran suavemente
en la tarde cuando la madre de madres se cae
suenan todas las
venganzas del infierno
porque a dios no le
gusta ir donde no hay nadie
mi querida: nunca
fui tu huérfano de pan
mis manos nunca
amarraron trompos ni barriletes
yo era apenas el
niño que se arrastraba
en una lancha
tambaleante
sobre lágrimas de
hielo
yo era ese niño que
repetía la leyenda
de un amor a
quemarropa
el lujo insaciable
y la promesa de
millones de regresos
de pie ante la
tempestad arden pabilos
en el corazón de la
noche
no contaré que
refulges todavía igual que la injuria
porque es malo
nombrarte
es pecado tener en
el alma una mariposa rubia.
a
Eva Perón